jueves, 5 de abril de 2018

U 4. La revolución que estábamos esperando #EscuelaCDD


#EscuelaCDD

 Se propone una reflexión sobre si las TIC, su uso en educación y las nuevas habilidades docentes, son la revolución que se estaba esperando en educación.

Según el vídeo propuesto, cada nueva evolución o adelanto técnico predecía una revolución educativa, sin llegar a serlo del todo. Actualmente, las TICs hacen referencia a las tecnologías que facilitan los procesos de adquisición, transmisión e intercambio de información, por lo que es lógico utilizarlas para incluir información en las programaciones educativas, pues las tecnologías forman parte de la vida diaria de los alumnos. Desde este punto de vista, las TICs siguen siendo una integración (no inclusión) de la tecnología en educación.

La mera utilización de las tecnologías no asegura un óptimo proceso de enseñanza-aprendizaje. Hace un tiempo se empezó a hablar de TACs(Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento) haciendo referencia al uso de las TICs como herramienta formativa, incidiendo en el necesario cambio metodológico y en la utilización de la tecnología dentro de las planificaciones educativas. 

Cuando las TICs dejan de usarse como un elemento meramente instrumental posibilitan que “el contexto sociotecnológico genere un nuevo modelo de escuela que responda a las necesidades formativas de los ciudadanos”.(Castañeda, Adell, “La anatomía de los PLEs”). 

Y siguiendo el artículo "Innovación educativa para la innvoación social", de J. Blas García en https://ined21.com/innovacion-educativa-para-la-innovacion-social/ 

"La innovación educativa no debe ser superficial, no puede ser de lavado de imagen.  Es preciso que la innovación implique promover cambios pedagógicos u organizativos concretos , que nos hagan mirar hacia una nueva lectura consensuada y un nuevo aprendizaje colectivo sobre los principales problemas que acechan la sociedad:

La falta de equidad y de consideración hacia lo diverso. 
La falta de respeto por la naturaleza, los recursos de la misma y los seres vivos.
La desigualdad en la distribución de la riqueza, entre alumnos, familias y centros educativos.
La falta de un diseño de alta atención, es decir, de acompañamiento, escucha y personalización de los procesos de aprendizaje constituye un acuciante problema.

Parece claro que el reto de la educación en el siglo XXI no consiste simplemente en el dominio de los contenidos del conocimiento científico o el uso de tecnologías, sino también el conocimiento de uno mismo y el control de los  procesos que nos sirven para aprender y desarrollar valores que nos ayuden a entender el mundo como desarrollo del  bien común. La ciencia y la tecnología sin humanidades no son relevantes para las personas."



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